¡Buenas
noches! (Buenos días o buenas tardes ^^)
He estado pensando que estaría bien por
mi parte organizar un poco el blog y subir una entrada por semana (no habiendo límites en el caso de querer escribir más) así yo, desastre en persona, me comprometo con ustedes y me organizo
mejor =)
El producto del que les quería hablar hoy es uno que me dejé
en el tintero en la entrada anterior, ya que considero que se merece una
entrada para él solito. Hasta hace nada yo era bastante reacia a eso del “cuidado
facial”, pero después de pasar por una época horrible en la que tenía la cara
llena de ronchas que picaban horrores, decidí ponerme manos a la obra y cuidar
un poquito esta piel tan sensible que me ha tocado. Al tener una piel tan sensible,
los exfoliantes siempre han sido un problema para mí, ya que me hacen daño y me
dejan la piel hecha un cristo. Probando (y, muy a mi pesar, gastando) he
conseguido encontrar dos exfoliantes ideales para mí, aunque hoy sólo hablaré
de uno.
No sé si se han dado cuenta, pero llevo dos parrafazos
hablando y todavía no he dicho nada de lo que he venido a hablarles. En serio,
saquen a este loro parlante que me posee.
¡Lo dicho! Hoy vengo a hablar de la limpiadora facial y
corporal Let the good times roll de Lush. A pesar de ser clasificada como
limpiadora, es perfecta como exfoliante, ya que tiene unos microgranitos que
además de arrastrar la suciedad, exfolian la piel, limpiándola y dejándola súper
suavecita. La marca Lush trabaja con componentes 100% naturales, de ahí que sus
productos caduquen bastante rápido (Es más, sacando las fotos para esta entrada
me he dado cuenta de que si quiero aprovechar la compra tendré que usarla
diariamente, porque me caduca el 24 de octubre). Esto tiene sus ventajas y sus
inconvenientes, ya que, a cambio de estar seguros de que nos estamos poniendo
productos naturales en nuestro cuerpo (el componente principal de éste son las palomitas de maíz, roscas en canario), tendremos que darles bastante trote si
no queremos que nuestro dinero acabe en la basura.
Para empezar, a mí me enamoró desde aquel momento en el que
la dependienta me hizo un masaje en las manos con ella y me quedaron como el
culito de un bebé, pero creo que antes de comprarlo deben probarlo como hice
yo, porque no creo que sea un producto que le guste a todo el mundo. La textura
es como una masa cruda, tal cual, bastante extraña pudiendo incluso ser un
tanto desagradable aunque para mí eso nunca ha sido un problema. El olor es dulce,
dulce nivel mevoyamorirdehiperglucemia, bastante peculiar y, al igual que la
textura, creo que puede no gustar (además dura bastante), así que mi recomendación más sincera no es
decirles: “Es maravilloso, tienen que comprarlo”, sino: “Para mí es maravilloso
pero tienen que probarlo primero”.
Como ya dije antes, mi piel es muy sensible y les puedo
garantizar que en ningún momento me ha hecho daño. A veces, cuando tengo
la piel muy mal, sí me deja la piel algo roja, pero nada más.
Para usarla
debemos coger la cantidad que consideremos necesaria. Yo nunca lo he usado en
el cuerpo, por lo que con una bolita del tamaño de una almendra me es
suficiente. Después se mezcla con agua hasta formar una pastita y listo, a disfrutar
del momento. Yo estoy unos dos minutos sin ser excesivamente cuidadosa (como ya
dije en la entrada anterior, soy más bruta que un troll) la retiro con agua y cuando
termino siento mi piel limpia y suave, por lo que cumple con creces.
¿Conclusión después de tanta palabrería? Que lo considero un
producto perfecto en todos los sentidos y le doy un 10, pero que deben probarlo
no vaya a ser que esas peculiaridades que para mí lo hacen fantástico, hacen que para
ustedes sea una caca de vaca.
¡Pues hasta aquí la entrada de hoy! Es más cortita que de costumbre, pero creo que está bien no darles mucho la lata al menos una vez por semana (los miércoles se tendrán que aguantar muajajajaja).
Un besote gigantote y millones de abrazos. ¡Hasta el miércoles!
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| Me despido presentándoles a mi pequeña Granger =) |
